
El Viejo Gasómetro, la cancha que marcó la historia de San Lorenzo
Nombrar el Viejo Gasómetro es sumergirse en un viaje inmediato al pasado. Es recordar a nuestros padres y abuelos, es volver a las bases de lo que es San Lorenzo.
El Viejo Gasómetro es sinónimo de nostalgia. Un recuerdo de algo que se tuvo y se perdió. Ubicado en el corazón de Boedo, el estadio apodado como “La Catedral del Fútbol” no fue solo un lugar donde se disputaron partidos, sino también un símbolo de identidad, pasión y amor de millones de hinchas.
La inauguración del Viejo Gasómetro
El estadio fue inaugurado el 7 de mayo de 1916 en un predio ubicado en la intersección de Avenida La Plata y Las Casas. Inicialmente, contaba con tribunas de madera y una capacidad limitada, pero el crecimiento del club y la pasión de sus hinchas impulsaron sucesivas ampliaciones. En poco tiempo, se convirtió en uno de los estadios más imponentes del país.
Esta cancha de fútbol fue testigo de gloriosas jornadas deportivas. Durante décadas, San Lorenzo defendió sus colores con honor, teniendo partidos memorables siempre acompañado de su hinchada llenó las tribunas encuentro tras encuentro. Dentro del campo de juego, dijeron presente ídolos como René Pontoni, Rinaldo Martino y José Sanfilippo, quienes escribieron capítulos dorados que permanecen en la memoria colectiva.
Un centro cultural y social
El Gasómetro no solo fue un estadio: también se transformó en un epicentro cultural y social para la comunidad de Boedo. Allí se celebraron actos políticos, reuniones vecinales, y conciertos, consolidando su rol como un espacio de encuentro y pertenencia. Su importancia trascendió lo deportivo, convirtiéndose en un verdadero ícono barrial.
El desarraigo: la pérdida del Gasómetro
En 1979, en plena dictadura cívico-militar, el club fue forzado a vender los terrenos del Viejo Gasómetro bajo presiones gubernamentales y en el marco de un cuestionado plan de “autopistas urbanas”. La pérdida del estadio marcó un golpe profundo para San Lorenzo y su comunidad. Sin su templo, el club quedó desarraigado de su barrio, pero no de su espíritu.
Durante años, los terrenos de Avenida La Plata permanecieron en manos privadas y alejados del uso deportivo. Sin embargo, el sueño de regresar nunca se apagó. La hinchada de San Lorenzo, conocida por su fidelidad y su lucha incansable, inició un movimiento que trascendió generaciones: “La Vuelta a Boedo”.
El legado del Gasómetro
A pesar de su demolición, el Viejo Gasómetro sigue vivo en la memoria de todos los hinchas. Representa el orgullo, la identidad y la resistencia de San Lorenzo frente a las adversidades. Este estadio no solo fue una cuna de emociones deportivas, sino también un símbolo de lucha y perseverancia.
Hoy, mientras el sueño de reconstruir un nuevo estadio en Avenida La Plata se acerca cada vez más a la realidad, el recuerdo del Viejo Gasómetro se mantiene intacto. Es un legado que inspira y que une a generaciones de sanlorencistas en torno a una idea inquebrantable: la pasión por los colores azulgranas y el amor eterno por Boedo.